En una era
post-apocalíptica, “Los Juegos del Hambre” es un evento anual televisado
donde compiten al azar un niño y una niña de entre 12 a 18 años de
edad, cada pareja formada de los 12 distritos que rodean al Capitolio.
Esta batalla donde sólo un tributo debe sobrevivir, sirve de
recordatorio y castigo por parte del Gobierno ante la nación por su
rebelión ocurrida hace más de 70 años.
En primera
instancia no tenía noción de la tremenda popularidad que gozaba la
novela de Suzanne Collins. Por lo visto, más estruendosa que la Saga de
Crepúsculo como se verá en los reportes de taquilla. El director Gary
Ross y la novelista Suzanne Collins junto con el guionista Billy Ray
(Plan de Vuelo) se dedicaron a adaptar esta historia a la gran pantalla
logrando una excelente recepción.
Tratándose de una producción original por su momento, Los Juegos
del Hambre es intrigante por su concepto juvenil dentro de un
espectáculo de sobrevivencia. Está fijada en el futuro empleando un
estilo ligero de ciencia ficción pero retomando los instintos humanos al
desarrollarse en un entorno 75% natural y 25% tecnológicamente
manipulado. No podría estar fuera de la realidad y me agrada notar su
similitud con V de Venganza.
A diferencia de la mencionada, la política está en el fondo pero
existen ciertas temáticas que podrían tratarse profundamente en las
secuelas. Básicamente se trata de seguir al sistema sin caer demasiado
en su trágica tradición. Su contenido es más provocativo y violento en
comparación con las dos primeras películas de Crepúsculo. Inclusive el
drama es exploratorio e introductorio por casi más de una hora ya que se
nos muestra este mundo en su totalidad.
Entenderlo no es difícil, conmoverse está dentro de las cartas
por su adecuado desarrollo de personajes y no falta uno que otro susto o
exhalación instantánea ya que esta adaptación entrega a un buen nivel
de calidad, descartando el desenfoque mostrado por la ausencia de
supervisión en el proyector de la sala. No era de esperarse en una
función Macro-pantalla.
El guion en sí es interesante por conocer este modelo de los 12
distritos, el poder del Capitolio, las diversas opiniones de los
tributos, asesinos o sobrevivientes, el concepto y la tecnología
alrededor de los Juegos del Hambre, el noticiero, la extrovertida moda,
la participación de los patrocinadores, entrenamiento y estrategia y por
último, el estilo de vida de la protagonista anexando su relación con
su compañero de distrito. Asimismo es impresionante detectar la altura y
capacidad de la mujer.
Gary Ross es muy paciente, su estilo de dirección es similar al
de Seabiscuit por su buen monto de tiempo invertido en el drama. Desde
una agradable perspectiva, define a su protagonista dentro de su nuevo
contexto. El reparto se nos muestra espontaneo y con las distintas fases
de los hombres, es decir, no todos solemos ser humanos dentro de un
arena de batalla. Ross es directo en estas escenas y decide mostrarlas
de tal modo que Crepúsculo cae en la fantasía. Gracias al constante
apoyo de Collins, Ross coordinó una adaptación vívida cuya fortaleza
yace en el reflejo de las actuaciones y su edición cinematográfica.
Katniss Everdeen es una jovencita de 16 años que nos gana nuestra
aprobación no sólo por tomar el lugar de su hermana sino por su
humildad denotada en el principio. Yo diría que su interprete Jennifer
Lawrence acaba de sellar su destino como una sobresaliente actriz de
acción. Sus expresiones son reales especialmente cuando se tratan de
temor. La ventaja de ser un papel serio es que produce credibilidad en
su determinación y por ende nos ponemos detrás de ella en esta dos horas
y media de duración. Collins tenía razón, sólo una actriz de 20 años
como Lawrence podía proporcionarle esa madurez distinguida en Katniss.
Tras participar en producciones de similar género, Josh
Hutcherson es estable como Peeta Mellark, el compañero de Katniss y
supuesto interés romántico. Para quienes anticipan un romance a la
Bella-Edward, descuiden aquí sólo se emplea a la brevedad y desde un
enfoque libre de Hollywood. Aunque parece que en la siguiente secuela
tendremos un trio que podría ser riesgoso si su personaje se compara con
Jacob. Entretanto, Hutcherson tendrá menos participación en pantalla
pero de igual forma merece crédito.
Dentro del reparto: no puedo evitar ver a Liam Hemsworth como el
carita Gale, quizás y a futuro me demuestre lo opuesto; Woody Harrelson
es perfecto como el asesor Haymitch; Elizabeth Banks es irreconocible
como Effie Trinket; Lenny Kravitz sorprende como Cinna, hasta que
finalmente no abusaron del modismo; Stanley Tucci se desenvuelve más y
es de apreciarse; Donald Sutherland es un antagonista en vista y por
último, Alexander Ludwig crece más como Cato desde su penúltima película
La Montaña Embrujada.
La cinematografía es decente principalmente porque la arena de
batalla es un bosque, un territorio empleado con regularidad aunque las
modificaciones tecnológicas como la red situada encima para anunciar las
muertes, las avispas genéticamente manipuladas y los soportes
paracaidísticos de los patrocinadores, esto elementos le agregan un tono
más de innovación. A diferencia del espectacular Capitolio y sus
fachadas e interiores artísticos, el contraste con el Distrito 12, es
abrumador en el buen sentido de la palabra.
Los efectos especiales funcionan más como adiciones al contexto,
convirtiéndolo más en un escenario brutalmente realístico. El contenido
visual es fuerte en el Capitolio pero en el resto es oscuro. Inclusive
se muestra en los vestuarios: colores extravagantes definen el status
social elevado mientras los grises-cafés lo colocan en la miseria.
Quizás uno de los problemas criticados consistirá en el tembladero de la
cámara. En ocasiones abunda excesivamente desenfocando la violencia
extrema. En cuanto a la música compuesta por James Newton Howard,
contribuye al suspenso y afectan nuestras emociones.
En conclusión, es una adaptación innovadora que nos deja con
mucha anticipación sobre los eventos por venir en la segunda parte
titulada Atrapando Fuego.
Calificación 4½ de 5 Estrellas